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¿Por qué cuesta encontrar talento?

Las personas y empresas siempre han necesitado incorporar talento para alcanzar sus objetivos. Sin una captación de profesionales adecuada no se puede gestionar el talento para aprovecharlo y retenerlo en una organización.

La captación, gestión y retención de talento es consustancial a las empresas en cualquier época. Aunque parece que es un tema de actualidad reciente e inédito, las personas y empresas siempre han sido similares y siempre han necesitado incorporar talento para alcanzar sus objetivos.

Vivimos en un mundo global y digital; en el que conviven generaciones muy diferenciadas en sus habilidades, inquietudes, valores y prioridades; con una importante democratización en la comunicación; una absoluta exposición e inmediatez. A esto hay que añadir una nueva variable que lo complica todo un poco más: la alta rotación laboral que se está produciendo en los últimos tiempos.

Planificación en la selección

En todos los casos, para poder atraer talento, primero debemos ser conscientes de que esta labor de captación es imprescindible para nuestra supervivencia, desarrollo y consecución de objetivos. Dentro de unos principios básicos que sirvan de límites, debe haber un amplio margen operativo para generar un sistema de atracción bien planificado, continuo, flexible y, sobre todo, adaptativo. Un plan que no esté atado a las circunstancias puntuales del momento, sino que sea dinámico, prevea el cambio y lo potencie creando una cultura de empresa que permita la integración y desarrollo de nuevos profesionales, en lugar de limitarnos a un simple proceso de incorporación.

Y en este sentido, el proceso de selección, desde la definición del talento, la captación, la evaluación del mismo y la incorporación, debe estar profesionalizado. Si somos atractivos y somos conscientes del talento que necesitamos, debemos desarrollar una política de selección bien planificada con elementos comunes a todos los procesos y particulares, según el puesto y la situación concretas.

La definición es esencial debiendo no ser autárquicos, sabiendo que muchos de los puestos que vamos a seleccionar no son propios de la organización, ni estándares, que no los tenemos controlados ni en formación, ubicación en el organigrama, salarios, etc. Por lo que debemos definir el talento siendo conscientes de ello. En definitiva, son procesos y procedimientos complejos que no deben estar a expensas de nuestros conocimientos, medios o cargas de trabajo.

Ahora bien, ¿qué pasa si el proceso no se planifica y ejecuta correctamente? Captaremos mal el talento que necesitamos, seremos cortoplacistas, estáticos y complacientes convirtiendo un procedimiento ciertamente complejo, dinámico y en previsión, en algo superficial, poco aperturista y puntual. Fracasaremos y ese fracaso tendrá consecuencias en cada una de las acciones y decisiones a tomar desde la incorporación del talento desviando gravemente la trayectoria.

En resumen, hablamos de un coste significativo que viene derivado de procesos de selección inadecuados del que, sorprendentemente, las organizaciones muchas veces no son conscientes. Sin una captación de profesionales adecuada no se puede gestionar el talento para aprovecharlo y retenerlo en nuestra organización.

Walt y el talento

WALT ha detectado una inquietud en las empresas con las que trabajamos, las cuales ya han identificado una necesidad de cambio organizacional. Y, sobre todo, también percibimos un déficit a la hora de gestionar este cambio. Como consecuencia, hemos creado un entorno de debate participativo, cuyas conclusiones serán de utilidad para el tejido empresarial. En nuestro Plan de Desarrollo 2024-2026 volvemos a poner en marcha el proyecto ‘Descifrando el Talento’, en un contexto marcado por la crisis sanitaria en el que el talento juega un papel más importante que nunca.