Julen Elgeta, presidente de la Asociación de Centros de FP de Euskadi de Iniciativa Social (HETEL)

«La formación profesional, y concretamente la de Euskadi, es un tesoro que deberíamos explorar mucho más»

FASE III

Julen Elgeta es presidente de HETEL, la asociación de centros de Formación Profesional concertados de Euskadi, y que se distinguen por su una iniciativa social. En Euskadi HETEL cuenta común total de 33 centros formativos, repartidos en los tres territorios, y actualmente la asociación la conforman cinco personas. 
La labor de HETEL comenzó hace 37 años con algunos centros asociados. Hoy, con más de 10.000 alumnos y alumnas en formación reglada, un 63% de los cursos son ciclos del sector industrial, tecnológico, etc. y el 37% restante se compone por grados más enfocados en los servicios.

WALT HR: Hablemos de formación. HETEL lleva en funcionamiento desde hace casi 40 años. ¿Ha cambiado mucho la percepción que había hace 20 años, por ejemplo, sobre lo que significa “estar formado” en comparación a lo que se cree que es hoy en día?

J.E.: Sí. Va evolucionando de año en año. Antes, hace 15-20 años la formación profesional estaba más ligada a la instrucción, es decir, horas de prácticas, el hacer hacer y hacer, de tal manera que la gente que se incorporaba en una empresa era gente muy instruida, precisamente por haber hecho las labores muchas veces. Sin embargo, ahora, intentamos trabajar otras cosas, haciendo hincapié en las capacidades, los valores…

Llevamos mucho tiempo trabajando otro tipo de competencias, más allá de las meramente técnicas, porque la metodología que utilizamos de aprendizaje para el alumnado tiene en cuenta que tenemos que trabajar no solamente el mecanizado de una pieza, sino también cómo enviar sus datos o cómo buscar información necesaria para su proceso, por ejemplo.

De esta manera, se ha sustituido la instrucción por las competencias. Si preguntásemos a alguna empresa que contratase personas del FP de hace veinte años y ahora, si fuese la misma persona, probablemente nos diría que la gente ahora es más autónoma, más resolutiva.

¿Por qué elegir una Formación Profesional como método formativo? ¿La FP y el mundo laboral van en la misma dirección? ¿Cree que los jóvenes salen preparados?

¿Y por qué no? Creo que todavía hay una idea generalizada de elegir el grado universitario ‘por defecto’. La Formación Profesional hay que saber comunicarla, qué es, y qué no es. Las familias tienen que saber de qué estamos hablando. La Formación Profesional no cierra la puerta a nada. Hay mucha gente que hace primero una formación profesional y después hace un grado universitario, o gente que hace un ciclo formativo y después otro, o directamente va al mercado laboral… Esto no es lineal, como lo podía ser hace años. Antes era “yo elegía algo y ya está”, ahora no, esto es una red de rutas y de caminos, así que si te equivocas siempre puedes volver a redireccionar tu trayecto. La vida es muy complicada en ese sentido y no se puede acertar siempre en las decisiones que tomamos. La Formación Profesional, y concretamente la de Euskadi, es un tesoro que deberíamos explorar mucho más.

En Euskadi HETEL es referente en el sector, con una alta empleabilidad. Más del 80% del alumnado consigue trabajo después de haber cursado un FP con vosotros y vosotras. ¿Hay alguna distinción dentro de las formaciones? Por sector, edad, sexo…

La inserción laboral de la formación profesional siempre ha sido muy alta. El último informe de la inserción laboral hablaba de un 80% en nuestro caso seis meses después de acabar la formación, pero por ejemplo las chicas que hacen ciclos más tecnológicos llegaban incluso al 86%. En la Formación Profesional hay muchos ciclos muy diversos, pero como decía, en general la inserción laboral es muy alta y estoy seguro de que la FP va a contribuir a que ese 7% que hay actualmente de personas desempleadas en Euskadi disminuya.

Antes la inercia era más “termino una ESO y voy a bachillerato” y ahora estamos viendo, “termino ESO y voy a grado medio, y de ahí a donde sea”

¿Cree que la alta empleabilidad de la que hablábamos antes es la promotora de la evidente tendencia en los últimos años hacia la FP en lugar de otros métodos formativos como los grados universitarios?

Dentro de la Formación Profesional hay tres niveles: básico, medio y superior. Yo creo que cada una juega su baza. Por ejemplo: los grados superiores, son casi la mayoría de las modalidades que ofrecemos. Esto es así porque las empresas vascas piden un perfil con alta cualificación, de modo que es lógico que, desde el sistema de FP, ofrezcamos una formación de alta cualificación también.

El grado medio, responde a un tipo de requerimientos por parte de la empresa, y todavía hay muchos puestos de trabajo que exigen ese nivel de formación frente a quienes tienen Bachillerato únicamente, por ejemplo. Antes la inercia era más “termino una ESO y voy a bachillerato” y ahora estamos viendo, “termino ESO y voy a grado medio, y de ahí a donde sea”.

El grado básico, es un grado que no tiene como misión prioritaria la inserción laboral. Su misión es captar a un colectivo que por diversas razones por ejemplo no ha tenido buenas experiencias en la formación previa o aún busca sentido a su vida académica e incluso personal… y que actualmente recoge cerca de 5.000 chicos y chicas en Euskadi. El objetivo fundamental es tratar de responder y aclarar sus dudas y reengancharlos al sistema de FP para que retomando su vida personal puedan rediseñar su trayectoria escolar y profesional.

¿Se tienen en cuenta cuáles son las características que busca la empresa en lo que al talento se refiere de cara a dirigir las formaciones de una manera u otra?

Sí. Ahora mismo estamos ya preparando el curso que viene. Normalmente, cuando preparamos el siguiente curso, nos reunimos para saber qué cursos continúan, cuáles van a desaparecer, de unos sectores hay más demanda que de otros…

Todos los años, en la planificación del curso siguiente se tienen en cuenta cuáles van a ser las necesidades de las empresas: qué tipo de perfiles van a necesitar, qué tipo de formaciones… Por ejemplo, en los últimos años se ha potenciado mucho la familia informática, por la falta de programadores, IAs, IOTs… Todo eso se ha tenido en cuenta y se han modificado los ciclos para llevarlos a esa formación más informática. Lo mismo ha ocurrido en el ámbito de la mecatrónica, mantenimiento… es decir, por la tipología de empresas que tenemos, se veía que el mercado podía absorber muchísimos perfiles, de modo que decidimos incrementar la oferta. En definitiva, por supuesto que vemos qué es lo que piden las empresas, lo que necesitan, para ir por un camino u otro.

¿Qué se entiende por talento hoy en día? ¿Cómo lo entiende usted?

No lo sé. Es un concepto tan subjetivo y abstracto que no sé si podría definir lo que significa tener talento. Para mí una persona que tiene talento es una persona que sabe hacer las cosas, que quiere hacer las cosas, pero, sobre todo, es una persona que quiere hacer bien las cosas. Que sea una persona resolutiva, una persona ambiciosa, una persona autónoma, en definitiva, una persona que añade valor. Cuando el sistema de Formación Profesional lanza al mercado a chicos y chicas titulados, la misión no es que vayan a una empresa y que desempeñen su trabajo más o menos bien, sino que intentamos transmitir el mismo mensaje: “tú tienes que aportar valor allá donde vayas”. Eso se consigue no solamente desempeñando técnicamente bien el trabajo, también desde un ámbito más personal. Tú debes tener unos valores que ayuden y colaboren a esa mejora.  Escuchamos siempre desde las empresas “lo primero son las personas”, para nosotros, para HETEL, las personas son lo primero y lo único.

¿La formación ha ido adaptándose a la demanda de la empresa? 

Sí, eso pensamos. Hemos cogido ese camino y no es fácil. Cuando todo el alumnado termina su formación y va al mundo laboral, a veces algunas personas nos transmiten que determinadas empresas todavía no han evolucionado en la misma medida que nosotros y hemos recibido mensajes como: “En clase hemos trabajado lo que es la empatía, la autonomía o la resolución de conflictos, y sin embargo en el trabajo valoran más la disciplina y la puntualidad…”.

Así que a veces sí que nos ha sorprendido el hecho de que en algunas empresas continúan priorizando competencias que nos descolocan.

Se habla de atraer el talento, pero ¿existe la posibilidad de renovarlo? En Hetel habéis implementado unos “Certificados Profesionales”. ¿Funcionan? ¿a qué publico atraen? ¿Qué posibilidades da? ¿Podría ser una alternativa para hacer frente al conocido “edadismo” (discriminación laboral por tema de edad)?

Los centros de Formación Profesional llevamos trabajando más de 35 años formando a todo tipo de trabajadores y personas desempleadas, no solamente esa formación inicial. Hay que decir que, al tratarse de personas trabajadoras siempre cuesta un poco más poner en marcha ese tipo de formaciones de recualificación. Es cierto que, con la nueva Ley de FP, esa parte de lo que aquí llamamos Certificado de Profesionalidad, se ha comenzado a pasar a educación, es decir que el curso próximo va a ser la primera vez que se acojan estos cursos como reglados por educación en Euskadi y que se catalogarán como una formación de grado C, de Certificado Profesional.

Al ser formaciones acreditables, cursando varios grados C se puede llegar a obtener la titulación en un ciclo formativo (grado D). Se trata de facilitar la formación y la obtención de títulos a los colectivos de personas en activo, tanto en situación de desempleo como trabajadoras.

¿Qué papel juegan las Formaciones Profesionales Duales? ¿Funcionan?

Funcionan muy bien. El sistema dual empezó en el curso 2012-2013, y en Euskadi, la verdad es que siempre nos lo hemos tomado muy en serio. En la primera edición fueron 125 alumnos y alumnas los que optaron por este tipo de formación, y desde entonces siempre hemos crecido. Llamamos Formación Dual a quien se forma tanto en el centro de FP como en la empresa, es decir, combina estudios con trabajo en la empresa, siempre con un contrato de formación o beca, donde siempre hemos exigido un Salario Mínimo Interprofesional. No queremos ningún tipo de precariedad y eso siempre ha sido así. De hecho, hemos desechado alguna empresa que veíamos que no querían cumplir estas peticiones por nuestra parte. Luego la continuidad en esos contratos es prácticamente absoluta, casi más del 90%. 

Hay una alta empleabilidad, ya lo hemos dicho, sin embargo, cada vez oímos más la carencia de perfiles en según qué sector. Hace poco se publicó una noticia con los datos recogidos por Confebask sobre la alerta, ya que se necesitan cerca de 45.000 puestos de técnicos cualificados y que, en algunos sectores, se ven en la obligación de buscar perfiles fuera de Euskadi. ¿Qué está pasando?

Por una parte, hay familias y sectores de formación como la fabricación mecánica, mantenimiento o electricidad electrónica, donde el mercado podría absorber bastante más de lo que sale. Esas aulas tienen una alta ocupación, pero todas las personas que salen tienen una inserción laboral muy rápida e inmediata. Sin embargo, hay otra parte que es la de cómo convencer a los jóvenes de que cursen ese tipo de estudios porque cada curso suelen quedar plazas sin cubrir. La clave está en la comunicación, en informar a los jóvenes todo lo que una FP les puede dar, y todo lo que pueden perderse en caso de que no lo elijan.